El espacio

El espacio parece que en estos días cobra una dimensión especial, el afuera inalcanzable, el adentro que se extiende, las paredes de las casas convertidas en refugio o prisión, el espacio de la mente generadora de esperanzas o temores, el espacio de la imaginación, el espacio de los libros, el espacio del sueño, el espacio de la soledad, el espacio que habitamos, universo, hogar, cuerpo, el espacio del horizonte y del paisaje ahora inaccesible.

El concepto filosófico del espacio en la historia de la filosofía ha variado enormemente según los pensadores y las escuelas que se han acercado a él y ha ido inevitablemente unido a los avances de la ciencia.

En la filosofía antigua el problema del espacio se discutía en la oposición de términos: lleno/vacío, ser/no ser, materia/espacio. Empédocles y Parménides defenderán la postura de negación del vacío, todo lo llena la materia. Otros filósofos como Demócrito o Epicuro entenderán el espacio como la configuración de materia y vacío.

Platón muestra su teoría acerca del espacio en su diálogo » El Timeo». Distingue tres géneros de ser:

-Las formas o ideas, las cosas sensibles y el género espacial; este último sería eterno e indestructible y es donde habitan las cosas creadas.

Aristóteles concibe el espacio como un lugar, previamente dado y que lo abarca todo, y que constituye el mundo en su totalidad. Él parte de una concepción biológica del universo (concibe el mundo como un gran organismo vivo), contraria a la concepción geométrica defendida por otros pensadores. Aristóteles define el lugar como algo carente de forma o materia. El filósofo griego diferenciará entre lugar común, lugar propio y lugar natural. Continuar leyendo

Decir la verdad

La décima sesión del Taller de Pensamiento leemos un fragmento de la obra «La ironía» del filósofo y musicólogo Vladimir Jankélévitch.

La preguntas que van formulando los participantes son las siguientes:

  • ¿Qué entendemos por verdad? ¿Qué entendemos por alma?
  • ¿Qué es oportuno y que no decir?¿Cuándo es oportuno o inoportuno decir algo?
  • ¿Estaría justificada la mentira piadosa en alguna situación?
  • ¿Existen muchas verdades?¿Podemos soportar la verdad?¿Se fabrica el hombre una verdad a su medida?¿Es necesaria la verdad?
  • ¿Hay que dosificar la verdad?¿Debe administrarse siempre con paternalismo?
  • ¿Hay que castigar la mentira piadosa?
  • ¿Es oportuna siempre la verdad o está justificado graduarla hasta degradarla?
  • ¿Quién y cómo define los límites de la transmisión del conocimiento a cada oyente?
  • ¿La verdad es algo objetivo o subjetivable?
  • ¿Hay un momento para cada verdad?
  • ¿Por qué enseñamos que no hay que mentir y sin embargo mentimos?
  • ¿Quién está legitimado para disponer si se dice o no la verdad?
  • ¿Por qué tenemos que decir siempre la verdad? ¿Cómo establecemos las leyes de la oportunidad?
  • ¿Por qué tenemos que defender la mentira?
  • ¿Es más necesaria la verdad o la mentira en una sociedad según su grado de libertad?
  • ¿Toda pregunta merece una respuesta sincera?
  • ¿Está justificado mentir en situaciones límite?
  • ¿Hasta dónde llega el derecho a conocer la verdad y quién tiene la capacidad de gestionarla?

Comenzamos intentando definir la mentira. ¿Qué es una mentira? Decir algo contrario a lo que yo conozco.

¿Con qué intención se dicen mentiras? ¿Tiene que haber una intención en la mentira, un porqué? Los participantes creen que sí, que hay una intención de dañar o de sacar provecho de una situación. Aunque hay quien opina que la mentira no siempre reporta beneficios al que la ejecuta. Pensamos que tal vez lo que diferencia la mentira del engaño va relacionado con esa intención, la mentira puede ser para protegerse el que miente mientras que el engaño iría a conseguir algo del otro, supondría mayor manipulación.

¿Qué diferencia hay entre mentira, engaño, error, ficción?

¿Está justificado mentir en algún caso? Responden que sí, para salvar la vida por ejemplo.

Todos mentimos pero eso no quiere decir que esté justificado.

Un participante comenta que hay que tener en cuenta el efecto o las consecuencias de la mentira, si produce un efecto negativo en alguno de los implicados entonces no estaría justificada.

Una verdad permanente sería inaguantable.

Hablamos de la mentira piadosa, el beneficio no sería para el que miente sino para aquel que recibe la mentira aunque indirectamente también el que miente se beneficia de algún modo.

El poder y las élites mienten de una manera deliberada. La quintaesencia de la mentira es manejar bien el lenguaje.

Tanto la mentira como la verdad tienen un punto importante para la transmisión que es el lenguaje.

Quienes «defienden» la mentira argumentan que hay que superar la dicotomía «mentira=malo/ verdad=bueno».

Nos creemos que hay una verdad absoluta y que la tenemos nosotros.

¿Es malo ser sincero?

Un participante argumenta que en cualquier sistema social hay una sinergia que hace que todo funcione con cierta eficacia, y al no decir la verdad completa ese sistema fracasaría porque no se produciría esa sinergia. Otro participante opina justamente al contrario, que la mentira es un soporte para la paz social. Hay unos códigos morales de educación y respeto que soportan la mentira, mentir sería una buena base para la convivencia. Un defensor de la verdad interviene para exponer su postura a favor de la sinceridad, la transparencia, la confianza. Para él no estaría justificada ni la mentira piadosa y reconoce que esto puede dificultar la convivencia pero aún así cree en la verdad siempre.

Comentan la posibilidad de distinguir entre el ámbito privado y el ámbito público para la aplicación de la verdad.

Hablar de verdad y mentira va asociado a la libertad y la igualdad.

¿Para qué sirve la verdad?

Kant defendía que la verdad hay que decirla siempre. Es un deber moral ineludible.

La verdad es un imperativo categórico, la mentira no.

Una última intervención aboga también por la verdad, diciendo que dentro de la mentira piadosa se pisan principios y que el que miente (aunque sea supuestamente por el bien del otro) se pone a hacer de Dios y valora cuánto le va a doler al otro la verdad. Eso es un desequilibrio ya que estamos pensando por el otro.

Hay que responsabilizarse de lo que decidamos, ya sea la mentira o la verdad.

Recordamos en la sesión estos versos de Quevedo:

Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mí pereza
la pobreza.

Seguro que a todos nos suena este proverbio de Antonio Machado:

¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela. 

Os adjunto un artículo sobre el tema de la verdad en Antonio Machado.

Sobre la postura de Kant con este tema os recomiendo el siguiente libro.

Niezsche también reflexiona sobre la verdad aunque desde un punto de vista totalmente diferente al que nosotros hemos elegido para debatir. Aquí tenéis un resumen de su obra «Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”.

Un participante nos recomienda la lectura de «Ejemplaridad pública» de Javier Gomá Lanzón.

Encontraréis más bibliografía sobre el tema en la entrada del blog que resume la sesión que hicimos sobre la mentira en el curso 2014-2015.

 

 

¿Quién ha actuado moralmente bien?

La tercera sesión del Taller de Pensamiento Filosófico nos enfrentamos a un dilema moral. Conectando con el tema de la última sesión y las inquietudes que despertó, Lucía nos plantea un ejercicio práctico: Dilema moral del nadador.

Después de leer entre todos el texto, dejamos un rato para poder pensar y contestar individualmente y por escrito a las preguntas del ejercicio. Pasamos luego a la puesta en común y el diálogo.

De primeras todos los participantes tienen claro que el caso nº 1 estaría mal, la persona habría actuado moralmente mal al decidir no hacer nada y más aún con el pensamiento de que no hay testigos.

El caso nº 2 ya genera alguna discrepancia, en principio estaría actuando bien puesto que socorre a la persona, pero en realidad lo hace porque ve que es su pareja, si fuera un desconocido habría seguido de largo (entendemos que es el mismo sujeto que en el caso 1). Entonces hay quienes ven que actúa moralmente mal ya que le mueve un interés personal no una solidaridad sincera. Quienes opinan que actúa bien se centran solo en el hecho de que se lanza a salvar a quien se ahoga, lo importante para ellos sería el hecho de la acción de ayudar, sin tener en cuenta las motivaciones. Continuar leyendo

¿Tienen derechos los animales?

La décima sesión del Taller de Pensamiento Filosófico Azucena nos propone directamente una pregunta:

¿Tienen derechos los animales?.

En seguida comenzamos el diálogo. Los participantes van lanzando sus opiniones al respecto. ¿Los animales tienen derechos por si mismos o es el ser humano el único que puede arrogarse la capacidad de tenerlos? Al plantearnos precisamente si los animales tienen derechos ¿no estaríamos comportándonos como dioses creyendo que podemos dar o quitar derechos? Si pensamos que tienen derechos ¿los tienen por naturaleza o porque nosotros se los otorgamos? Los animales tienen derechos naturales que son independientes de que sean reconocidos (o no) por los seres humanos. Derecho a la vida, a la libertad. La idea de derecho implica también la de deber/obligación; ¿se cumple esto en el reino animal? Algunos opinan que los animales no tienen conciencia por lo que no pueden ver consecuencias de acciones a largo plazo. Una participante sugiere que en vez de preguntarnos si tienen o no derechos podríamos hacer otra pregunta ¿Cómo debemos tratar a los animales? Su propia respuesta sería tratarlos bien, evitando que sufran innecesariamente. Continuar leyendo

Criterios en el arte

¿Es el arte un acto comunicativo? ¿Tiene un cuadro que comunicar, expresar algo?
¿Qué comunica, qué expresa un cuadro?
¿Es un mensaje comprensible, entendible? ¿Es una sensación, una emoción experimentable?
En la obra de arte ¿podemos hablar de una interpretación correcta?
En esta sesión preparamos una actividad a partir de algunas obras pictóricas para reflexionar sobre el tema de LOS CRITERIOS.
¿Por qué elegimos lo que elegimos?vassily_kandinsky_1923_-_composition_8_huile_sur_toile_140_cm_x_201_cm_musee_guggenheim_new_york
Cuando elegimos manifestamos implícitamente nuestras preferencias. Nos proponemos hacer explícito este proceso.
Se trata de reconocer las razones en las que se apoya una determinada elección y que justifican esa decisión. Los valores que subyacen a esas razones están actuando como criterios en nuestra elección.
A veces no resulta fácil rastrear las auténticas razones que nos mueven a tomar una determinada decisión, ni los valores que ellas expresan y que constituyen los criterios para escoger entre las diversas alternativas que se nos presentan.

Aquí tenéis el resumen de esta sesión tan creativa

Azucena Crespo Díaz

 

Palabras

Luces del norte

Éstas son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desaparecer

en el mundo. Inalcanzable
luz
que preside la tierra, alimentandopatrones-otoño-frameed
el breve milagro

del ojo abierto…

y el día que habrá de extenderse
como un fuego de hojas
por entre el primer viento frío
de octubre

consumiendo al mundo

en la sencilla habla
del deseo.
Paul Auster (nacido en 1947)

“El deseo es una pregunta cuya respuesta no existe”.
Luis Cernuda (1902-1963)

Éstos son los dos textos con los que comenzamos nuestro diálogo sobre las palabras.

Aquí tenéis el resumen de la sesión.

Y para ahondar un poco más en el mundo de las palabras consultad la bibliografía.

Azucena Crespo Díaz

La muerte

¿Es la muerte un mal? Platón, en los orígenes de la cultura occidental, concibe la muerte como un bien, en el sentido en que nos libera de la prisión del cuerpo y sus ataduras. Filosofar es aprender a morir, como ejercitación previa que atiende únicamente a los aspectos racionales y no sensibles.
La tradición católica medieval, especialmente con Santo Tomás de Aquino, entiende que tras la muerte halla la persona justa el supremo bien: la visión beatífica de Dios. Durante la Semana Santa asistimos a la celebración de la resurrección, ¿podemos acaso celebrar la muerte?evelyn-de-morgan-angelo-de-la-muerte
¿Por qué nos da miedo la muerte?, ¿por qué temer lo desconocido? Epicuro nos invita con sus reflexiones a no temer a la muerte.
Nuestra concepción de la muerte ¿varía según el contexto geográfico o histórico que consideremos?
¿Qué nos arrebata la muerte?
¿Es injusto morirse?
¿Podemos acaso aceptar la propia muerte?, parece que mientras estamos vivos nos sentimos eternos.
¿Por qué nos cuesta tanto soltar, dejar marchar -a los demás o la propia vida-? ¿Es ese apego un acto de amor verdaderamente?
La concepción que tenemos de la muerte ¿determina en algo o condiciona nuestro modo de vivir?
¿Hay más de una muerte?
¿Conviene aprender a morir? ¿Es esto posible, enseñable? Para algunos filósofos la idea de prepararse para la muerte no tiene sentido, lo que habría es que aprender a vivir.

 El resumen de la sesión nos ayuda a reflexionar sobre estas cuestiones.

Y para aprender un poco más tenemos la bibliografía.

Azucena Crespo Díaz

Acerca de la Novena sesión

La mentira

¿Es la mentira una acción o sólo un enunciado?

¿Se requiere cierta competencia o habilidad tanto para mentir como para decir la verdad?

Quien no puede mentir… ¿puede acaso reconocer alguna verdad y proferirla? ¿Puede un perro fingir un dolor que no siente? ¿ o es sólo que son demasiado sinceros?

¿Mentimos voluntariamente? ¿Puede alguien mentir involuntariamente? ¿Puede decirse la verdad voluntaria o involuntariamente?

¿Está mal visto socialmente mentir o todo lo contrario?

¿Es malo mentir? ¿Por qué decir lo que es falso sería algo malo? ¿Por qué decir la verdad sería mejor?

¿Puede mentirse con buena intención?

¿Puede decirse la verdad malintencionadamente?la-verdad-de-las-mentiras

¿Puede una verdad hacer mucho daño a alguien?

¿Cómo podemos saber si algo es una mentira?

¿Merece toda pregunta una contestación sincera?

¿Por qué decimos la verdad?

La última sesión de este curso nos despedimos con una interesante reflexión acerca de la mentira, el engaño, la verdad…

Tenéis a vuestra disposición el resumen de la sesión y la bibliografía.

Feliz verano

Azucena Crespo Díaz

Acerca de la Séptima sesión

¿Tener o ser?

¿Somos lo que te tenemos?

Tengo propiedades… Tengo relaciones… Tengo hábitos… Tengo creencias, valores…

Tengo un cuerpo… Tengo pensamientos… Tengo conciencia… Tengo vida…

¿Hay otra manera de ser que no se identifique con el tener? ¿Ser es distinto de tener? ¿en qué sentido?

Nos acercamos al tema de la identidad…

¿Viene mi identidad determinada por mis posesiones materiales? ¿Reúne en el fondo una pluralidad que abarca los diversos papeles que represento socialmente? ¿Depende de factores históricos y culturales?

¿Cómo puedo decir que soy la misma al mirar una foto de cuando era pequeña? ¿Qué tengo ahora de esa niña que fui? ¿Qué hace que podamos identificarnos como una y la misma persona a pesar de los múltiples cambios que experimentamos?identidad

¿Podemos reconocer a una persona como siendo la misma y aún así considerar que es otra distinta por lo diferente que se nos presenta en su forma de pensar o actuar respecto de lo que en ella era esperable?

La cuestión de un ser humano particular, idéntico a sí mismo, remite no sólo a temas filosóficos de primer orden sino que está a la base de otros muchos temas relevantes en nuestra sociedad como son los derechos legales de propiedad, la capacidad de atribuir responsabilidad jurídica individual y la determinación como beneficiarios de un respeto incondicional.

Si queréis indagar un poco más en este apasionante tema, consultad el resumen de la sesión y la bibliografía.

¡Y animaos a participar en el blog con vuestros comentarios!

Azucena Crespo Díaz

 

Acerca de la Quinta sesión

La libertad

¿Qué podemos controlar y qué no?
¿Están nuestras acciones bajo nuestro control o están determinadas por fenómenos más allá de nuestro control?
¿Está nuestra vida interior bajo nuestro control?: ¿están nuestras opiniones y creencias bajo nuestro control? ¿Estamos libres de las convenciones sociales? ¿Somos esclavos de nuestros deseos y pasiones?freedom-307791_640
Por otro lado, ¿escapa realmente todo lo externo (sea físico, material o fruto de las acciones de otros) a nuestro control? (tener el cuerpo o la cara que tengo, haber nacido con alguna enfermedad, en una determinada posición social o padecer reclusión/aislamiento).
¿La libertad consiste en la espontaneidad de «poder hacer» lo que queramos o elijamos sin impedimentos por parte de otros? ¿Puede esta libertad, que exige la ausencia de coacción por parte otros, ser compatible con otros tipos de coacción y de opresión?
¿Es posible no obstaculizar nunca y en ningún sentido la vida de los demás?
¿Puede la sola presencia y la existencia del otro, que ocupa un espacio, constituirse en obstáculo e impedimento si lo que quiero es disponer a mi antojo de dicho espacio? ¿Reducir la libertad de algunos puede permitir asegurar la libertad de otros a ocupar su espacio? ¿Es ahí la libertad el valor supremo?barbed-wire-155797_640
¿Hay libertad en ausencia de todo límite?
La falta total de determinación ¿sería necesaria para la responsabilidad?
¿Tenemos verdaderamente otras opciones?
¿Somos dueños de nosotros mismos?
¿Cuántas decisiones libres has tomado hoy?

Algunas de estas preguntas y otras se plantearon en la pasada sesión sobre «la libertad». El resumen del encuentro y la bibliografía están a vuestra disposición. Si os animáis a seguir dialogando sobre este apasionante tema podéis hacerlo a través del blog…

Azucena Crespo Díaz