El mal (parte 2)

«El bien y el mal», Victor Orsel

En la sesión de Enero del Taller de Pensamiento Filosófico continuamos con la lectura de los textos de la anterior reunión ya que no tuvimos tiempo de terminarlos y el grupo está de acuerdo en seguir dialogando sobre el tema del mal. Nos centramos en este caso en los Fragmentos y el Poema.

Tras leer los textos Azucena nos hace un repaso de la concepción del mal que tenían algunos filósofos.

  • Sócrates y Platón representan el intelectualismo moral, creen que el mal no es algo que uno quiera voluntariamente sino que es fruto de un defecto, de una educación mal regulada etc… Si alguien quiere el mal es porque está malentendiendo lo que es el bien, por un problema de ignorancia no de maldad.
  • Epicteto, representante del estoicismo nos dice que el sufrimiento tiene que ver con la opinión. El bien y el mal son fruto de interpretaciones, lo que nos hace sufrir son nuestros propios juicios. Los hechos serían neutros y nuestra valoración de los hechos es la que nos provoca el sufrimiento. Nos habla del libre albedrío, la libertad de interpretar los hechos y en las cosas que no podemos cambiar también habría libertad en la aceptación.
  • La experiencia del mal confronta con Dios, siempre que sale el problema del mal se produce un cuestionamiento de la fe, a raíz del mal se cuestionan los atributos de Dios como su Omnipresencia, Omnipotencia y Bondad.
  • Descartes ve el mal como privación del bien, cuando deja de estar aquello que denominamos malo entonces lo que queda es el bien.

Las preguntas que formulan los participantes relacionadas con los textos son:

  • ¿Podemos querer el mal por el mal?
  • ¿Puede haber mal sin culpa?
  • ¿Por qué tenemos que pasar por un camino penoso para llegar a alcanzar algo de felicidad?
  • ¿Hay algo ajeno a la naturaleza?
  • ¿Sin humanos existe el «bien» y el «mal»?
  • ¿El cumplimiento de la pena nos aleja del mal cometido y nos devuelve al campo de «los buenos»?
  • ¿La tendencia de la humanidad es hacia el bien o hacia el mal? ¿Sería una cuestión de épocas o es algo permanente?
  • ¿Es necesario que exista el mal?¿Podríamos vivir siempre en «algo bueno»?
  • ¿Para establecer el bien necesitamos el mal?
  • ¿Determina la educación (personal, social) un cambio, se necesita siempre una crisis?
  • ¿Existe una maldad universalmente reconocida como tal?
  • ¿No somos libres para hacer el mal pero sí para hacer el bien?
  • ¿El mal necesario es sinónimo de sacrificio?
  • ¿Existe una maldad universal?

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Modelos de organización social

La quinta sesión del Taller de Pensamiento Filosófico Lucía nos trae un ejercicio para intentar diseñar cual sería nuestro modelo de organización social ideal. Después de un tiempo para leer el ejercicio y responderlo cada uno, ponemos en común las respuestas comenzando por el primer punto del cuadro.

La mayoría responde que existiría en ese modelo ideal un dinero público con el que el Estado financiaría servicios. Porque gracias a ello llegará a todo el mundo, y también porque hay cosas que aunque un individuo tenga mucho dinero no se pueden pagar particularmente, como servicios de infraestructuras etc

Sugieren determinar qué servicios serían los que se sufragarían con ese dinero público: todos están de acuerdo en incluir sanidad y educación, pero con el tema de la vivienda se genera cierto debate. Algunos opinan que el acceso a una vivienda financiada debería ser dependiendo de los ingresos, y tener en cuenta el lugar de trabajo y cercanía de la familia. También sugieren que la vivienda no sea en propiedad, que fuera algo temporal. Continuar leyendo

La verdad

La quinta sesión del Taller de Pensamiento Filosófico leemos unas frases relacionadas con «la verdad» y «lo verdadero». Las preguntas que formulan los participantes son las siguientes:

  • ¿Llamar a algo «verdad» no es un intento de imponer algo como si fuera indiscutible?
  • ¿La verdad es demostrable? ¿Hay algo/alguien fuera de la verdad que pueda imparcialmente juzgar si esto es verdad o esto no lo es?
  • Fuera de la verdad científica existe la verdad?
  • ¿Hay que demostrar que algo es verdadero o por el contrario que no es falso?
  • ¿La verdad es un argumento para convencer al otro?
  • ¿Es justo para con uno mismo contar toda la verdad a los demás?
  • ¿Cambia la verdad a lo largo de nuestra vida?
  • ¿Puede ser dañina la verdad?
  • ¿Debemos aumentar la dosis de verdad para ir convergiendo en un ser auténtico?
  • ¿Por qué buscar la verdad? ¿Por qué decirla?
  • ¿Buscar la verdad supone desvelar, descubrir?
  • ¿Es siempre necesaria y mejor la verdad frente a la no verdad?
  • ¿Para qué sirve la verdad? ¿Está sobrevalorada?
  • ¿Tiene consecuencias la verdad? ¿La verdad para ser tal tiene que tener consecuencias?
  • ¿Cuál es la diferencia y la relación entre la verdad y la realidad?
  • ¿Cómo se puede reconocer la sinceridad?
  • ¿Qué es importante la verdad o la búsqueda de la verdad?

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¡Pide un deseo!

La quinta sesión del Taller de Pensamiento Filosófico nos centramos en el deseo, un gran tema que dio pie a un grato diálogo y al que llegamos por medio de la lectura de unos textos que nos facilitó Azucena. Los fragmentos que leímos pertenecen a «Carta a Meneceo» de Epicuro, «Baudelaire» de J.P. Sartre y el último al filósofo francés Gilles Deleuze. El texto de Epicuro se centra en la diferencia entre los deseos naturales y vanos, necesarios y no necesarios y dentro de los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. El texto de Sartre se centra en el tema de la insatisfacción, el hombre moderno nunca podrá satisfacer sus deseos. Y Deleuze nos muestra la dificultad de «desear», no tanto de conseguir lo que se desea. Continuar leyendo

La espera

La concepción griega del tiempo es circular, como eterna repetición de ciclos naturales que retornan con esperable regularidad.
Para el cristianismo la creación del mundo inicia el tiempo, que transcurre linealmente, pues cada instante es único e irrepetible y está orientado hacia un final, por lo que cobra sentido como un estar a la espera del cumplimiento de una promesa de salvación.
La Modernidad con su confianza en el progreso mantendrá esta linealidad del tiempo, pero secularizada, como sucesión de momentos encaminados a una esperada transformación y mejora del mundo.
San Agustín, además de poner de manifiesto la dificultad de definir el tiempo (sabemos lo que es pero si se nos pregunta no sabemos explicarlo) rechaza que haya tres tiempos: pasado-presente-futuro. Nos propone que más bien hay un presente de las cosas pasadas, la memoria; un presente de las cosas presentes, la percepción; y un presente de las cosas futuras, la espera.
En la filosofía existencialista contemporánea, nuestra peculiar constitución como seres abiertos nos hace proyecto, posibilidad que ha de realizarse, existencia a la espera de definir su esencia.

Para Juan de Mairena vivir es devorar tiempo: esperar; y por muy trascendente que quiera
ser nuestra espera, siempre será espera de seguir esperando…
La espera…
¿Es el tiempo del tedio y el aburrimiento?
¿Un tiempo robado a nuestro tiempo medido, programado, acelerado?
¿Un tiempo de aprendizaje?
¿Es la espera el tiempo que nos permite tomar conciencia del tiempo que somos?

El resumen de esta sesión tan interesante ya lo podéis leer aquí.

Y para quienes quieran indagar un poco más en este tema del tiempo y la espera podéis consultar la bibliografía.

Azucena Crespo Díaz

 

La confianza

«Cierta vez que Anaxarco cayó en un pantano, Pirrón siguió su camino sin socorrerlo. Mientras algunos lo censuraban por su conducta, el propio Anaxarco lo elogió por su indiferencia y falta de afecto»

Anécdota recogida por Diógenes Laercio en Vidas de los filósofos ilustres.

Imaginemos la escena: Pirrón camina por un dique estrecho; su amigo resbala y cae hundiéndose en una ciénaga. Este pide auxilio; Pirrón, imperturbable, sigue su camino. Anaxarco, a fuerza de luchar, vuelve a ponerse en pie, y al alcanzar a su compañero, lo alaba, al contrario de lo esperable, por su demostración de amistad.professional_coaching-260x300

En este relato todo es simbólico: el dique, construido por los hombres, pero resbaloso y frágil; el pantano, que amenaza y traga; la lucha por la supervivencia, que el individuo debe librar solo; los llamados de auxilio, inevitables e inútiles; la gratitud de quien, aun en peligro de muerte, siente que el maestro o el amigo, pese a las apariencias, no dejó de cuidar de él y de instruirlo; la valoración de la causalidad interna que hace del individuo el artífice de su salvación y el autor de su ser; la gratitud que se profesan los solitarios que renunciaron a la ilusión de la salvación colectiva.

Experiencia escéptica, que expone al «yo» al fuego no solo de la duda, sino de la absoluta soledad.

Este texto marcó profundamente a Pascal, donde encontró una combinación de las actitudes crítica y mística.

Ya está disponible el resumen de la sesión.

¡Animaos a consultar la bibliografía!

Azucena Crespo Díaz

Acerca de la Quinta sesión

La libertad

¿Qué podemos controlar y qué no?
¿Están nuestras acciones bajo nuestro control o están determinadas por fenómenos más allá de nuestro control?
¿Está nuestra vida interior bajo nuestro control?: ¿están nuestras opiniones y creencias bajo nuestro control? ¿Estamos libres de las convenciones sociales? ¿Somos esclavos de nuestros deseos y pasiones?freedom-307791_640
Por otro lado, ¿escapa realmente todo lo externo (sea físico, material o fruto de las acciones de otros) a nuestro control? (tener el cuerpo o la cara que tengo, haber nacido con alguna enfermedad, en una determinada posición social o padecer reclusión/aislamiento).
¿La libertad consiste en la espontaneidad de «poder hacer» lo que queramos o elijamos sin impedimentos por parte de otros? ¿Puede esta libertad, que exige la ausencia de coacción por parte otros, ser compatible con otros tipos de coacción y de opresión?
¿Es posible no obstaculizar nunca y en ningún sentido la vida de los demás?
¿Puede la sola presencia y la existencia del otro, que ocupa un espacio, constituirse en obstáculo e impedimento si lo que quiero es disponer a mi antojo de dicho espacio? ¿Reducir la libertad de algunos puede permitir asegurar la libertad de otros a ocupar su espacio? ¿Es ahí la libertad el valor supremo?barbed-wire-155797_640
¿Hay libertad en ausencia de todo límite?
La falta total de determinación ¿sería necesaria para la responsabilidad?
¿Tenemos verdaderamente otras opciones?
¿Somos dueños de nosotros mismos?
¿Cuántas decisiones libres has tomado hoy?

Algunas de estas preguntas y otras se plantearon en la pasada sesión sobre «la libertad». El resumen del encuentro y la bibliografía están a vuestra disposición. Si os animáis a seguir dialogando sobre este apasionante tema podéis hacerlo a través del blog…

Azucena Crespo Díaz