En la sesión de Enero del Taller de Pensamiento Filosófico continuamos con la lectura de los textos de la anterior reunión ya que no tuvimos tiempo de terminarlos y el grupo está de acuerdo en seguir dialogando sobre el tema del mal. Nos centramos en este caso en los Fragmentos y el Poema.
Tras leer los textos Azucena nos hace un repaso de la concepción del mal que tenían algunos filósofos.
- Sócrates y Platón representan el intelectualismo moral, creen que el mal no es algo que uno quiera voluntariamente sino que es fruto de un defecto, de una educación mal regulada etc… Si alguien quiere el mal es porque está malentendiendo lo que es el bien, por un problema de ignorancia no de maldad.
- Epicteto, representante del estoicismo nos dice que el sufrimiento tiene que ver con la opinión. El bien y el mal son fruto de interpretaciones, lo que nos hace sufrir son nuestros propios juicios. Los hechos serían neutros y nuestra valoración de los hechos es la que nos provoca el sufrimiento. Nos habla del libre albedrío, la libertad de interpretar los hechos y en las cosas que no podemos cambiar también habría libertad en la aceptación.
- La experiencia del mal confronta con Dios, siempre que sale el problema del mal se produce un cuestionamiento de la fe, a raíz del mal se cuestionan los atributos de Dios como su Omnipresencia, Omnipotencia y Bondad.
- Descartes ve el mal como privación del bien, cuando deja de estar aquello que denominamos malo entonces lo que queda es el bien.
Las preguntas que formulan los participantes relacionadas con los textos son:
- ¿Podemos querer el mal por el mal?
- ¿Puede haber mal sin culpa?
- ¿Por qué tenemos que pasar por un camino penoso para llegar a alcanzar algo de felicidad?
- ¿Hay algo ajeno a la naturaleza?
- ¿Sin humanos existe el «bien» y el «mal»?
- ¿El cumplimiento de la pena nos aleja del mal cometido y nos devuelve al campo de «los buenos»?
- ¿La tendencia de la humanidad es hacia el bien o hacia el mal? ¿Sería una cuestión de épocas o es algo permanente?
- ¿Es necesario que exista el mal?¿Podríamos vivir siempre en «algo bueno»?
- ¿Para establecer el bien necesitamos el mal?
- ¿Determina la educación (personal, social) un cambio, se necesita siempre una crisis?
- ¿Existe una maldad universalmente reconocida como tal?
- ¿No somos libres para hacer el mal pero sí para hacer el bien?
- ¿El mal necesario es sinónimo de sacrificio?
- ¿Existe una maldad universal?
Comenzamos comentando la diferencia entre el bien y el mal de un modo general y particular, lo bueno y lo malo; una tormenta puede causar mucho mal pero no la consideraríamos como algo «injusto».
El bien y el mal son construcciones humanas, son parte de su racionalidad, algo intrínseco a la condición humana, nos afecta a nosotros.
Todo lo que sucede en la naturaleza no tiene voluntad de actuar, no se puede definir en términos de «bien/mal», no hay una capacidad de elección. Un requisito importante a la hora de poder juzgar algo sería la existencia de un agente con capacidad de actuar voluntariamente y la intencionalidad. En la naturaleza no tenemos esto.
Un participante señala la distinción entre bien y mal que sería característica de los humanos frente a bueno y malo que sería lo que podría darse en la naturaleza.
Otro participante comenta que nuestra idea del mal está vinculada a lo legal. Al mal se lo conoce por sus actos. Un ser puede ser esencialmente malo pero no hacer el mal. En la sociedad hacer el mal está asociado a incumplir la ley. Otra persona comenta que incluso puede haber leyes que generen el mal.
Si lo bueno es aquello que cumple con la ley entonces la justicia no es la ley sería el imperio de la ley.
Santo Tomás de Aquino nos dice que los creyentes creen que la naturaleza funciona como funciona porque Dios la ha hecho así.
Inmanuel Kant nos habla de Leyes naturales, leyes morales, leyes políticas.
¿Podemos hablar del bien fuera de la ley?
En función de la norma, necesitamos referencia a una normativa.
Las leyes son creadas con unos objetivos encaminados a la estabilidad social por ejemplo, no tienen como objetivo el bien y el mal.
Lo que generalmente consideramos «malo» es el egoísmo del otro.
Fausto de Goethe. La naturaleza humana está siempre mediada por la voluntad.
El bien está limitado por el egoísmo. Muchas veces el propio bien genera el mal del otro.
La privación de bien sería lo que hace surgir el mal
¿El mal puede ser voluntario?
Los estoicos abogaban por un cosmopolitismo, una globalidad que nos haga salir de ese ámbito circunscrito a «los míos» para así hacer una legislación más universal. Hermandad o unidad en lo humano que debería legislarse de manera universal.
Universales antropológicos; en todas las culturas el asunto del mal es importante, por ejemplo algo que está penado universalmente como «malo» sería el asesinato de un inocente (sin embargo en muchos casos se legitima).
Hablamos de las guerras, del código militar, de cómo en determinadas circunstancias hay una legitimación de la muerte.
Normalmente lo que consideramos «bueno» es lo que beneficia a la mayoría.
Nietzsche nos dice que el bien y el mal es algo que establecemos los humanos
Kant habla de la insociable sociabilidad humana, el hombre tiende al egoísmo por un lado y a lo social por otro, y en esta dicotomía acaba progresando. En el Imperativo categórico nos dice: universaliza tu acción para ver si podrías aceptarla, conviértela en una norma que cumpliera todo el mundo, si la universalizas y tú no eres la excepción entonces es «bueno».
El mal nos confronta con Dios, ¿Por qué Dios ha consentido un mundo en el que exista el mal?. Este es uno de los grandes temas de la filosofía. La respuesta que daría Kant a esta pregunta es «por la libertad», la libertad es un bien en sí mismo, debe darse opción a la equivocación.
Dios sería el garante de que al hombre virtuoso le corresponderá la felicidad.
En un mundo de autómatas tampoco habría bien ni mal.
Gottfried Wilhelm Leibniz distingue entre mal metafísico (somos imperfectos), mal natural (catástrofes, pandemias) y mal moral (fruto de una decisión de un agente libre).
San Agustín nos dice que la existencia del bien y del mal permite a Dios jugar a los buenos y a los malos. La justicia divina se relacionaría con la libertad.
El poema de Raissa Maritain no lo comentamos porque no surgen casi preguntas relacionadas. En él se relaciona el problema del bien y el mal con el sufrimiento y la verdad, el camino para alcanzar la bondad y el conocimiento está repleto de contrastes pero precisamente esos contrastes, esa paradoja, son los que hacen posible vislumbrar lo bueno que llegará.
Muchas gracias por el resumen. Muy interesante!
Me gustaMe gusta
Nos alegra que te haya resultado interesante, gracias por leer y comentar!
Me gustaMe gusta