La mala suerte del conductor borracho

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(Tommy Ingberg)

La cuarta sesión del Taller de Pensamiento Filosófico con el grupo María Zambrano leemos un texto de Santiago Sánchez-Migallón: La mala suerte del conductor borracho. 

Plantea un dilema extraído del libro «Los peligros de la moralidad» de Pablo Malo.

Después de leerlo formulamos las preguntas:

  • ¿Debería la diferencia accidental de que en un caso un conductor se tope con un árbol y que el otro atropelle a una persona hacer que la valoración moral sea distinta?
  • ¿Qué relación hay entre lo jurídico y lo moral? ¿Lo jurídico es moral?
  • ¿Es jurídico juzgar las intenciones?
  • ¿La moral es algo sólo individual?
  • ¿Cómo valoramos la intención y la creencia?
  • ¿La moral es subjetiva o su interpretación?
  • ¿En una valoración moral sólo deberíamos tener en cuenta la acción o también la consecuencia? ¿Y la intención?

La pregunta que se hace el autor del texto con respecto a este dilema moral es: «¿estamos condenando a una persona únicamente por su mala suerte?» Dice que condenamos a Juan por su mala suerte mientras que Pedro se va de rositas, cuando la conducta de ambos ha sido la misma. Lo que no ha sido similar es la consecuencia (choque contra un árbol, matar a una persona) de su misma acción (coger el coche borrachos). Dice que la mala suerte es la que ha hecho que las consecuencias hayan sido terribles en el caso de uno y no tanto en el caso del otro y que es injusto que juzguemos por las consecuencias en lugar de por las intenciones.

En el diálogo que establecemos, la mayoría de los participantes cree que lo que es reprobable es el hecho de beber, emborracharse y coger el coche. Las consecuencias son diferentes en los dos casos y sí, podemos hablar de «mala suerte», pero en su acción inicial ya están jugando cartas para que algo así pueda ocurrir. Mala suerte tiene la chica que muere, buena suerte tiene Pedro al chocar con un árbol. Si ninguno de los dos hubiera bebido alcohol y por causas ajenas a ellos tuvieran un accidente y el resultado fuera el mismo (árbol-muerte chica) quizá sí hablaríamos de mala suerte en el caso de Juan. Ahí se ve que las consecuencias también son diferentes pero como su acción inicial no conlleva de primeras una actividad de riesgo o un incumplimiento de las normas que están por algo, pues podemos entender la situación de otra manera.

En realidad la mayoría  de los participantes no están demasiado de acuerdo con lo que comenta el autor del texto cuando plantea que nuestra manera de juzgar es injusta porque juzgamos por las consecuencias de las acciones y no por las intenciones. Al menos en el ejemplo del dilema del conductor borracho, está claro que en otros ejemplos seguro que se puede aplicar su visión y seguro que se ha encarcelado injustamente a gente etc pero cuando la consecuencia de la acción es dañina y no hay una intención de hacer daño el sistema judicial tiene eso en cuenta. El caso que nos ocupa añade el hecho de que conducir borracho es jugar papeletas a tener un accidente y en ese accidente pueden verse implicadas otras personas. También somos capaces de ver que la situación desigual en cómo continuarán sus vidas Juan y Pedro es llamativa, pero no por ello pensamos en exonerar a Juan o de encerrar a Pedro.

La moral normalmente no trata de explicar sino de justificar. La moralidad va más sobre la intención, sin embargo el sistema al juzgar se fija más en las consecuencias.

El otro caso que cuenta el artículo, el del actor que mató a la directora de fotografía por un disparo con una pistola que no debía estar cargada, no nos genera tantas dudas. Hay muchísimos casos de muertes accidentales en los que no sólo no hay intención de matar sino que la manera en la que se producen es tan fortuita que el agente es difícilmente imputable.

De todos modos es lo mismo de todos modos un actor que en su papel debe empuñar un arma (y resulta que está cargada) que si el actor, fuera del papel, jugando -como parece que fue el caso- apunta con el arma y dispara a la directora de fotografía. Es un accidente en cualquier caso, eso lo tenemos claro, la intención no es matar ni mucho menos, pero es importante diferenciar la parte de acción en la que alguien hace algo que sí sabe que tiene un riesgo aunque sea mínimo. Otro ejemplo que no salió pero que se me ocurre ahora, una persona que se dedica a la caza y de manera accidental dispara a alguien que pasa en vez de a un animal. En el primer caso deberíamos buscar la «responsabilidad» en la persona que cargó ese arma con balas de verdad. En el caso del cazador -a mi parecer- ya se está jugando alguna papeleta (más cerca de aquel que bebe y luego coge el coche), quien sale a cazar y usa un arma tiene una responsabilidad porque lo que lleva entre las manos es algo mortífero.

Juzgamos y disculpamos dependiendo de nuestros sesgos. Esto es también algo muy importante. Hay muchas cosas que condicionan el juicio moral; la buena fama o mala fama de alguien, la clase, antecedentes, etc Y no es lo mismo nuestro juicio moral con los nuestros que con los otros.

No nos da tiempo a ampliar más este tema interesantísimo, nos centramos en los ejemplos del artículo pero en realidad el tema de la moralidad está muy de actualidad y daría para mucho diálogo.

Para terminar os dejo un artículo donde se hace referencia a esos estudios de los psicólogos morales que el autor de nuestro artículo dice que menciona el psiquiatra Pablo Malo en su libro.

2 comentarios en “La mala suerte del conductor borracho

  1. Buenos días. Como siempre, me ha parecido muy interesante la lectura de vuestro trabajo. Os sigo agradeciendo que me tengáis en cuenta y me lo enviéis. Brevemente, solo quiero señalar que al final del texto se dice «Si reflexionamos sobre esto en toda su profundidad… da vértigo.» De la lectura global puede dar la impresión de que estas situaciones no quedan solucionadas en nuestras sociedades. En la práctica, la graduación y los matices de situaciones como las expuestas en el texto, en el ámbito de la aplicación del derecho, están previstas, reguladas, solucionadas, y se aplican con normalidad … desde siempre. Si buscas el significado de las expresiones «dolo eventual» y «culpa con previsión», comprobarás que son expresiones clásicas del derecho penal. Un saludo.

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