La tercera sesión del Taller de Pensamiento Filosófico nos enfrentamos a un dilema moral. Conectando con el tema de la última sesión y las inquietudes que despertó, Lucía nos plantea un ejercicio práctico: Dilema moral del nadador.
Después de leer entre todos el texto, dejamos un rato para poder pensar y contestar individualmente y por escrito a las preguntas del ejercicio. Pasamos luego a la puesta en común y el diálogo.
De primeras todos los participantes tienen claro que el caso nº 1 estaría mal, la persona habría actuado moralmente mal al decidir no hacer nada y más aún con el pensamiento de que no hay testigos.
El caso nº 2 ya genera alguna discrepancia, en principio estaría actuando bien puesto que socorre a la persona, pero en realidad lo hace porque ve que es su pareja, si fuera un desconocido habría seguido de largo (entendemos que es el mismo sujeto que en el caso 1). Entonces hay quienes ven que actúa moralmente mal ya que le mueve un interés personal no una solidaridad sincera. Quienes opinan que actúa bien se centran solo en el hecho de que se lanza a salvar a quien se ahoga, lo importante para ellos sería el hecho de la acción de ayudar, sin tener en cuenta las motivaciones.
El caso nº 3 sería similar al segundo, quienes ven bueno el hecho de la ayuda coinciden, y quienes tienen en cuenta que la motivación es egoísta por no sentir culpa luego seguirán diciendo que no hay buena acción moral. Estos participantes creen que una acción moralmente buena es aquella que tiene una intención o motivación universal, no particular.
Respecto al caso nº4 hay un participante que dice que es el que actúa mejor porque es el único racional y los otros están en la emotividad. Para él la racionalidad puede obviar la moralidad. Otra persona opina que el socorrista cumple con su obligación pero que su acto no es una acción incondicional de amor al prójimo. Otro participante comenta que en este caso él cumple con su trabajo por lo que no tiene que tomar una decisión moral. Por último otra persona dice que es el que mejor actúa porque cumple un código deontológico y además es quien más garantías tiene de conseguir el salvamento.
El caso nº 5 es una buena acción para la mayoría, a pesar de que no se consiga salvar al que pide ayuda y mueran ambos si nos fijamos en la intención y la acción habría actuado moralmente bien y sería un caso de bondad total al haber pensado en el otro únicamente. Hay dos participantes sin embargo que creen que ha actuado mal por irresponsabilidad, porque crea un problema mayor (dos muertes, posibles huérfanos etc) por no conocer sus limitaciones y buscar los medios adecuados. Opinan que hay que pensar antes de actuar.
Lucía interviene para volver a marcar la diferencia entre moral y ética (que ya vimos en la sesión anterior); la moral serían los códigos morales, valores, etc y la ética la reflexión sobre dichos códigos morales. También comenta que cada participante está perfilando su criterio moral de lo que es una «buena acción»: valor supremo, incondicionalidad hacia el prójimo, buena intención… Y parece que en general el grupo es kantiano, es decir, que le damos mucha importancia a las intenciones.
En cuanto al nº 6 algunos dicen que actúa bien por la acción y por el resultado, pero otros creen que actúa mal porque el condicionante para tirarse al agua sería la fama y además pierde tiempo avisando al fotógrafo y pone en riesgo al que se ahoga.
El caso nº 7 no genera ninguna controversia, de hecho para la mayoría sería el mejor. Actúa, consigue el objetivo de salvarlo y además no espera ninguna recompensa.
La situación del caso nº 8 se consideraría que ha actuado bien si no supiera nadar, que es lo que deducimos ya que directamente llama a salvamento y además espera. En el caso de que si sepa nadar pero no quiera meterse al agua y prefiera llamar a los profesionales pues actuaría mal ya que mientras llegan la persona fallece.
Con el caso nº 9 coinciden todos; de primeras habría una buena intención y actuaría bien ya que se tira al agua pero luego el hecho de salir sin ayudarle al comprobar que es marroquí obviamente sería una acción moral negativa, un caso de xenofobia.
A la hora de establecer una jerarquía como pide el ejercicio, sólo nos da tiempo a decidir el que ha actuado peor moralmente, estaría entre el caso 1 y el caso 9. Quienes creen que es peor el 1 es porque ni lo intenta, es indiferente a la petición de ayuda. Dicen que al menos el 9 va a ayudar de primeras aunque luego cambie de opinión. Quienes creen que es peor el 9 justamente lo piensan por ese cambio de opinión, el primero sería pasivo pero el último estando al lado del que se ahoga decide darle la espalda por un tema de xenofobia, por eso sería más cruel y moralmente malo.
Hay algunas intervenciones ya cerrando la sesión, una acerca de lo hipócritas que somos todos en el fondo, que deberíamos pensar cada uno cuál es la norma por la que juzgamos las acciones buenas o malas. Otra reflexiona sobre el altruismo, ¿existe el altruismo o es el beneficio del otro que lo integramos?…
Por último Lucía nos habla de los pragmatistas americanos. Fundada por los filósofos Charles Sanders Peirce, John Dewey y William James a finales del siglo XIX, defendían que para que una acción sea moralmente buena es importante el conocimiento y tener en cuenta las circunstancias. Dicen que no hay tal una realidad objetiva o una verdad permanente; que la verdad es lo que funciona y que su validez sólo puede ser juzgada por sus consecuencias.