Ser humano y persona

En la quinta sesión del Taller de Pensamiento Filosófico con el grupo María Zambrano, leemos un texto de Peter Singer. El diálogo hoy surge de un comentario que hace Félix García, el facilitador del taller, sobre seres humanos, personas y animales, y empezamos a debatir sin pasar por nuestra habitual rueda de formulación de preguntas. 

La pregunta que nos surge a todos es: ¿Qué diferencia hay entre ser humano y persona? Los participantes coinciden en que lo entienden de la siguiente manera:

  • Ser humano: concepto biológico
  • Persona: concepto jurídico, filosófico, ético

Un participante saca a relucir los «Derechos humanos» y el facilitador le pregunta, ¿los derechos los tienes o son inherentes? ¿Nacemos con ellos, se luchan, se consiguen? En este caso surgen varias respuestas, algunos opinan que todos tenemos derechos humanos de nacimiento, que son inherentes al ser humano, otros creen que se luchan y se consiguen, otros distinguen unos derechos naturales que van con el ser humano y otros derechos que se van adquiriendo como conquistas sociales. También comentamos casos en los que se reconocen derechos que luego no se tienen en muchas ocasiones (derecho a la vivienda, por ejemplo).

Los inmigrantes, ¿bajo qué ente jurídico se rigen? En muchos casos están en un limbo.

Dialogamos sobre distintos ejemplos que pueden generar duda en cuanto a la condición «seres humanos /personas».

Surgen varios ejemplos como los derechos de los fetos, las personas en estado vegetativo por enfermedad, de aquellos que sufren Alzheimer avanzado, de los enfermos mentales, discapacitados psíquicos, de los esclavos, etc.

Una participante comenta que en el caso de las personas con Alzheimer han perdido la memoria con lo cual ella cree que de algún modo han perdido su identidad. ¿Es necesario tener identidad para ser persona? Alguien comenta que se pueden perder las facultades pero que eso no conlleva dejar de ser una persona. En el caso de los enfermos de Alzheimer además tienen empatía. También los bebés aunque no tengan memoria ni conciencia de identidad tienen empatía. Todos coinciden en que sí son personas, porque tienen un nombre, una historia, una familia, tienen una existencia.

Ni siquiera la muerte es un límite, un cadáver es una persona muerta, pero sigue siendo una persona. Por eso hay un dolor tan grande cuando no aparece el cuerpo.

Félix nos cuenta un caso real de un naufragio de una barca que pasa mucho tiempo a la deriva. Entre los tripulantes sortearon a quién iban a matar para alimentarse, con el consentimiento de todos. Una vez que les rescataron, fueron juzgados y el juez los condenó porque dijo que no podía negociarse la muerte. He encontrado distintas historias relativas a «La ley del mar» y el canibalismo, y con diferentes desenlaces jurídicos. Como curiosidad, hay un relato de Edgar Allan Poe sobre una historia así.

En los momentos históricos en que se ha pretendido aniquilar o someter a los seres humanos se les ha deshumanizado y despersonalizado. (Los nazis con los judíos, por ejemplo).

Seguimos intentando definir, alguien busca «persona» en la RAE y aparece lo siguiente: individuo de la raza humana.

¿Podríamos decir que persona es quien tiene libertad/autonomía para tomar sus propias decisiones? Los niños no la tienen, ni algunos tipos de enfermos, y sí les consideramos personas. Aunque es cierto que jurídicamente tienen otro tratamiento.

¿En qué consiste ser persona? Es una pregunta que se ha planteado la filosofía en distintos momentos, es un tema importante. He encontrado muchos artículos, incluso tesis doctorales, sobre este gran tema. Sin embargo no me atrevo a compartir ninguno en concreto debido al sesgo que detecto en muchos y mis escasos conocimientos filosóficos me hacen dudar sobre su pertinencia en relación a nuestro debate.

Pero sí os puedo decir que Inmanuel Kant fue uno de los filósofos más influyentes en cuanto a sus teorías sobre el concepto de persona y de sujeto de derecho.

La definición de persona está relacionada con el momento histórico y con el constructo social/cultural.

El caso de los esclavos nos ocupa parte del diálogo. No eran considerados personas, no tenían derechos. Hablamos de la esclavitud en la antigua Roma y de los esclavos africanos y afrodescendientes. En la conquista de América los indios nativos sí eran considerados personas por los conquistadores, se les explotaba y trataba diferente pero eran súbditos de la corona. Sin embargo a los esclavos africanos no se les dio esa condición de persona.

Alguien cuenta que una mujer podía desnudarse delante de un esclavo sin que eso supusiera nada, porque era como hacerlo delante del perro. Tremendo.

Hablamos de algunos países donde actualmente no se cumplen los derechos humanos, y donde a las mujeres -aunque se las considere personas- se les niegan muchos derechos por su condición de mujer. Una participante comenta que hay lugares donde ha viajado que por el hecho de ser mujer ni te miran, ni te hablan, te hacen sentir un cero, nada, nadie. A partir de este comentario reflexionamos sobre cómo la mirada del otro también nos hace personas.

La persona es relación, necesita de un otro. Pensamos en diferentes casos de seres humanos a los que la soledad les lleva en cierto modo a una despersonalización. Ya sea por las circunstancias o por una acción dirigida de ese otro, negar la mirada es un modo de anular, invisibilizar, despreciar. Félix pone el ejemplo de los mendigos. Pasamos ante ellos sin inmutarnos, el trato general que les da la sociedad es de negación de su existencia, casi como si formaran parte del mobiliario urbano. Si realmente empatizáramos con ellos, si les miráramos como personas, no podríamos ignorarlos.

Después de la sesión he estado leyendo un libro que os comparto en la bibliografía («Encontrarse: una filosofía», de Charles Pépin) y quería poneros un fragmento donde habla precisamente de esto que estuvimos comentando:

También quería compartir un par de poemas de la poeta mexicana Rosario Castellanos («Poesía no eres tú», Fondo de Cultura Económica ed.) que leí hace poco y que seguro que os resuenan a esto que comentábamos:

Hablamos del hecho de que en la película «Náufrago», el protagonista haga de una pelota un «amigo», al que le da un nombre, «Wilson» y con quien habla. Esa necesidad de un otro para sortear la soledad, no caer en la locura y seguir siendo persona.

Este es un tema complejísimo y vastísimo, podríamos hablar de infinidad de cosas relacionadas. La sesión dio bastante de sí, pero como siempre quedaron cosas en el tintero y temas que nos habría gustado profundizar más.

Os animo como siempre a dejar comentarios por aquí o a aportar lo que queráis para ampliar información.

Por otro lado os dejo el enlace a otras sesiones del taller en las que en años anteriores hemos dialogado sobre este tema:

Algunos libros que de un modo u otro están relacionados con los temas que hemos abordado en la sesión:

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