La libertad, los deseos…

Hemos tenido la novena sesión del Taller de Pensamiento Filosófico mediante una plataforma virtual para recuperar la que no pudimos hacer presencialmente el 17 de Marzo. Ha sido una buena experiencia y continuaremos con ese formato las siguientes sesiones mientras tengamos que estar en casa.

El texto que nos envía Lucía es un fragmento de la filósofa y poeta Chantal Maillard, de su libro Filosofía en los días críticos editado por Pre-textos. Lo leemos y tras un tiempo de reflexión los participantes van enunciando sus preguntas:

 

  • ¿Es más feliz el que se adapta a las imposiciones o el que lucha contra ellas?
  • ¿Qué es más importante, la verdad o la paz?
  • ¿Es legítimo usar la violencia cuando le privan a uno injustamente de libertad?
  • ¿Cuál es la diferencia entre libertad y agencia? (Entendiendo por agencia la capacidad de actuar y tomar decisiones)
  • ¿Cuál es la diferencia entre que algo parezca que no puede ser cambiado y que no pueda ser cambiado?
  • Entendiendo la libertad como un logro, un esfuerzo, si alguien alcanza ese punto ¿estaríamos hablando de un ser superior?
  • ¿Qué es mejor, someternos o reaccionar ante la pérdida de la libertad?
  • ¿Hasta qué punto las experiencias pasadas, pasiones, traumas, limitan nuestra libertad interior?
  • ¿En qué medida en esta sociedad estamos positivando la experiencia o de verdad somos libres a la hora de elegir?
  • ¿Qué es la libertad?, ¿Podemos conseguir ser libres?, ¿Tiene límites la libertad?
  • ¿Dónde hay más barreras para la libertad, dentro o fuera del individuo?
  • ¿Pueden apelar los sistemas autoritarios a la libertad para el control de la población?
  • ¿Es ecológico para el ser humano sacar el compost de la basura? (sacar una parte positiva de la desgracia)
  • ¿Es la actitud positiva un mecanismo de defensa o un acto de libertad?
  • ¿Ante una imposición inevitable, podemos responsabilizarnos libremente?
  • ¿Quién decide lo que se puede y no se puede mofidicar, cómo lo distinguimos?

Como debemos escoger alguna pregunta para empezar el diálogo Lucía las agrupa en bloques teniendo en cuenta que hay varias que van en la misma dirección. Decidimos comenzar por cómo la libertad nos afecta dentro y/o fuera. El papel de la libertad de nuestra propia psique condicionada por nuestro pasado y el de la libertad que viene del exterior y cómo la gestionamos.

La primera intervención reflexiona sobre cómo podemos saber si algo puede o no ser modificado. Nos recuerda la cita de Jean Cocteau «lo consiguieron porque no sabían que era imposible». Cree que gracias a no resignarse y conformarse se han conseguido grandes logros a lo largo de la historia. Comenta que incluso con un asunto irreversible como la muerte se han creado religiones para superarla. Remarca el carácter social en los límites de la libertad; mi libertad llega hasta donde empieza la del otro.

Otra participante comenta que quizá debamos someternos o aceptar las verdades incontestables pero también hay escenarios como los que refleja la autora en el texto en los que tal vez simplemente necesitemos parar, descansar, reorganizarse y continuar después tal vez con una táctica distinta, eso no sería asumir sin más, sería pausar para seguir.

En la siguiente intervención el participante comparte su visión de que esas barreras o límites internos que podemos tener para la libertad pueden superarse con ayuda, hay muchos miedos que con esfuerzo y terapia se superan (pone como ejemplo el miedo a volar). Comentamos que muchas veces los traumas y pasiones no son algo tan claro, la mayoría de las ocasiones no somos conscientes de ellos y de cómo están limitando.

Hablamos del tema de los deseos a raíz de una intervención, la participante opina que la motivación más intensa que tiene la libertad es el deseo y que el deseo tiene unos límites condicionados por nuestros propios límites biográficos. Le rebaten que los deseos pueden aflorar sin que tengamos elección, sin que lo decidamos, pero podemos modificarlos o modular su afección. Otro participante argumenta que vivimos en una sociedad de consumo y que precisamente de los deseos es de lo que menos nos podemos fiar ahora. Los deseos son infinitos, ahí tenemos el marketing, vivimos en un mar de deseos. Alguien se pregunta ¿Qué ocurre cuando esos deseos son «malos»? Quizá debamos reivindicar la libertad de aceptar esa parte «mala» que otros no aceptan.

Otro participante se fija en la frase del texto «positivar la experiencia» y observa que quizá estemos en una sociedad que «hiperpositiviza», esa tendencia a buscar el lado bueno de las cosas puede ser excesiva cuando no nos permitimos reaccionar con dolor y tristeza ante aquellas situaciones irreversibles dramáticas que nos acontecen. Aboga por dejar espacio y tiempo para ese dolor, y propone la palabra «aceptar o asimilar» mejor que «positivar». Es muy distinto buscar un sentido a la experiencia que querer encontrar algo positivo en esa experiencia.

A veces somos incapaces de ejercer nuestra libertad  y en muchas ocasiones los deseos están en contra de nuestros propósitos. Se pone el ejemplo de las adicciones, alguien que quiere dejar de fumar o beber pero no puede.

Somos libres para decidir pero la libertad siempre está mediatizada o condicionada. Aceptar incondicionalmente resulta imposible para otra participante que interviene. Le pregunta Lucía si todas las elecciones que hacemos nos hacen igualmente libres. Responde que en muchas elecciones del día a día no somos libres ni conscientes.

Alguien lanza nuevas preguntas: ¿Uno es libre para suicidarse? ¿Quién es más libre un mendigo o un rico empresario?

Volvemos a los deseos… Vivimos en un sistemas que van en contra de nuestros deseos, ¿Por qué no creamos otros sistemas más acordes a lo que deseamos? Tenemos unos límites biológicos que no nos permiten ser totalmente libres y lo habitual es que nuestros deseos entren en contradicción. Un participante nombra la pirámide de Maslow, deberíamos diferenciar cuáles de nuestros deseos son fines en sí mismos y cuáles son medios. ¿Qué deseo está por encima de otros? ¿Estamos sabiendo diferenciar necesidades de deseos? ¿Afectan igual ambas a nuestra libertad?Otra participante apunta que hablamos del deseo como si el mercado fuera ilimitado pero vivimos en un mercado limitado, podemos decidir qué batallas batallamos, cuáles son nuestras prioridades. Cree que no tenemos nunca una libertad completa, ni frente a los deseos ni frente a las cosas que nos ocurren desde fuera. En su opinión la libertad no se potencia en la contrariedad y sugiere sencillamente ir buscando el sentido a aquello que nos va ocurriendo. Hablamos de la responsabilidad que exige la libertad y alguien cita la famosa frase «ten cuidado con lo que deseas no vaya a a ser que se cumpla».

Para finalizar las últimas intervenciones inciden en el carácter social del ser humano y cómo eso afecta a la libertad: Uno se vive como ser individual o como parte de una familia, sociedad, país, planeta… Hay una gran diferencia entre verse como ser individual o como parte de un colectivo. La libertad va unida a los derechos, tenemos que adquirir derechos para poder tener libertad, necesitamos a los demás. Vivir en sociedad supone en cierto modo una renuncia a la libertad. Diferencia entre «ser libre» y «tener libertad», podemos ser libres sin tener libertad. La libertad como un ejercicio, la posibilidad de ejercitarse en la libertad. Con estas últimas reflexiones terminamos la sesión.

Quizá en esa pregunta que nos hacíamos sobre la libertad interna está implícito un tema que no hemos desarrollado en la sesión, el de la conciencia, la libertad de conciencia y cómo el pensamiento tiene un enorme poder a la hora de establecer límites y de potenciar la libertad interior. Otro concepto que no ha salido en el diálogo pero que estaría muy relacionado con lo que hemos hablado es el de voluntad, muy relacionado con el libre albedrío.

Os sugiero algunos artículos interesantes sobre pensadores que han abordado el tema de la libertad desde distintas perspectivas y teorías filosóficas:

Y sobre el tema del deseo relacionado con la libertad-voluntad:

Como veis la libertad es un tema fundamental del que se han ocupado la mayoría de los filósofos a lo largo de la historia. Nuestro diálogo es siempre un pequeño granito de arena, una reflexión más personal y vivencial puesta en común, espero que os ayude a pensar, imaginar y que sigamos preguntándonos, ahora más que nunca, por las cuestiones fundamentales de la vida.

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