Acerca de la Sexta sesión

La valentía

La valentía ha sido tema de reflexión a lo largo de la historia: Homero, los escritores romanos, Maquiavelo, los teóricos políticos del Renacimiento…

¿La valentía está sobrevalorada? En todas partes es admirada, pero como rasgo de carácter puede servir para realizar lo peor y más dañino.

La valentía, desde Platón se ha considerado una de las cuatro virtudes cardinales: la justicia, la sabiduría, la templanza y la valentía. Estas virtudes fueron también adoptadas por estoicos y epicúreos.

Los griegos y romanos se referían a la valentía como «virtus», de modo que una de las virtudes se denominada ella misma virtud, atribuyendo el género común a una especie particular. ¿En qué sentido puede entenderse la valentía como condición de toda virtud? ¿Se relaciona con la decisión de afirmarnos en la práctica mediante nuestros actos (que incluyen también omisiones) por encima del temor? ¿Es que la justicia, la sabiduría y la templanza suponen la valentía como condición para que puedan efectivamente darse?

Santo Tomás destaca dos actos valerosos: atacar y resistir. Sostiene que resistir es más difícil porque se relaciona con algo más fuerte que acomete, e implica que el peligro o amenaza está ya sobre uno. Frente al ataque, que puede ser repentino, resistir requeriría mucho más tiempo.

La valentía no ha de confundirse con la confianza ciega en uno mismo (aunque se requiera de confianza en las propias capacidades), ni con la ignorancia del peligro o la impetuosidad, ni puede reducirse a una forma particular de pericia o conocimiento. Parece que la perseverancia acompaña al valiente, que ha de hallarse también libre de toda ansiedad paralizante.

¿Es necesaria la esperanza para ser valientes? ¿Puede el valiente enfrentar con tesón una derrota segura?

¿Es la valentía algo bueno? ¿Puede servir a lo malo?

¿Es necesaria la valentía? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué situaciones o aspectos de la vida requieren valentía? ¿Vivir requiere valor? ¿en qué sentido?cobardia

¿Se necesita valor para pensar, para dejar las vacilaciones, vencer las mentiras, las falsas apariencias, la ilusión vana? ¿es necesario ser valiente para negarse a ceder al temor y mantener la lucidez pese a cuanto suceda?

¿Podemos no ser valientes?

Os animo a participar en el blog para seguir reflexionando en común sobre las cuestiones que aún quedaron abiertas tras nuestra sesión, o con nuevas inquietudes que os haya suscitado el tema.

Podéis consultar el resumen de esta sesión y la bibliografía.

Azucena Crespo Díaz

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