Sobre las creencias, los conocimientos y la fe. Filosofía, ciencia y religión.

Hands_of_God_and_AdamEl pasado mes de mayo tuvimos con cada grupo la última sesión de este curso del Taller de Pensamiento Filosófico. El texto que nos propuso Félix, el coordinador, fue el mismo tanto para el grupo María Zambrano como para el grupo Jean-Paul Sartre por lo que voy a elaborar un resumen común.

A modo de introducción, Félix nos recuerda:

  • Que la religión es uno de los grandes temas de la filosofía.
  • Que en los últimos tiempos ha habido una secularización muy grande de la sociedad.
  • Que en las democracias hay muchos asuntos en los que la religión puede ser un argumento pero los argumentos religiosos no son válidos en ciertos ámbitos porque no son universales.

Tras leer el texto de la primera página, nos centramos en las preguntas del bloque A.

¿Es necesario dar razones de lo que haces o de lo que dices? ¿Se te ocurre algún caso en que no sea necesario dar razones?

Los participantes que intervienen opinan que en general no es necesario dar razones. Lo importante es tenerlas uno mismo, y quizá sería oportuno darlas cuando se trate de un acto que tenga repercusiones en los demás. Mientras sean actos privados no habría que darlas pero sí coinciden varias personas en que a veces aunque no «sea necesario», dar razones ayuda a crear vínculos, a mejorar la comunicación, a que el otro nos entienda… Alguien comenta que por ejemplo en los temas emocionales o emotivos es más difícil dar razones, todo aquello que sea intuitivo o instintivo cuesta más argumentarlo.

¿Es posible que creas que tienes buenas razones, pero que seas incapaz de decir cuáles son?

Ante esta pregunta algunos participantes se preguntan que es una «buena razón» y sobre todo a qué nos estamos refiriendo con razones. Alguien pregunta «¿Qué consideramos la razón, la verdad objetiva o la intuitiva que es más emotiva?». Normalmente, cuando te piden una razón o un razonamiento lo que se pide es un proceso de argumentación, y luego las razones nos convencerán o no nos convencerán.

En esta pregunta sale con el segundo grupo algo que el primer grupo comentó también en la pregunta anterior. Que es posible que tengas buenas razones pero no sepas racionalizarlas, que sean tan intuitivas que no sepas decir cuáles son. Por otro lado otros participantes no comparten esto, dicen que si tienes buenas razones sabes explicarlas y que si es algo tan instintivo que no lo puedes argumentar quizá eso no sea una «razón».

Pasamos a las preguntas finales del bloque A:

¿Es posible que el gobierno actúe muchas veces sin ofrecer razones de lo que hace?

-Sí, es posible y es un hecho que sucede. Además en determinadas circunstancias están protegidos y hay secretos de estado.

¿Crees que un médico debe darte las razones en las que se apoya para prescribirte un tratamiento médico? En el caso de que las razones que te da la doctora no acaben de convencerte, ¿debes hacer lo que ella dice, dado que es una experta en medicina y tú no lo eres? ¿Existen buenas razones para hacer lo que te dicen los expertos (por ejemplo, científicos, economistas…) incluso en el caso de que tú consideres que tienes razones para hacer lo contrario?

Estas preguntas generan diferentes respuestas. Algunos participantes consideran que lo lógico es fiarse de los profesionales, pero eso no quita que a todos nos guste que nos expliquen y nos den razones de, por ejemplo, un tratamiento que nos ponga un médico. Pero otros participantes opinan que no solemos fiarnos de los médicos y que además no tenemos por qué hacerlo, que siempre está bien consultar otras opiniones o si no estamos convencidos probar otros tipos de medicinas. Coincidimos en que hay médicos mejores y peores, está claro que siempre van a saber más que quien no lo es, pero también que dentro de cualquier especialista en cualquier campo pues hay gente más formada o que sabe comunicar mejor y gente que lo está menos.

Pasamos a las preguntas del bloque B.

Escoge uno de estos temas sobre el que tengas una opinión o creencia muy firmes: derechos de los animales; mentir y decir la verdad; uso de la violencia; amor… Luego intenta construir un argumento lo más convincente posible para defender tus creencias.

¿Puedes saber algo sin creer en ello?

Sí, si interpretamos aquí el verbo «saber» como tener conocimiento sobre algo, es posible. Puedes tener conocimientos de teología pero no creer en ello, por ejemplo.

¿Puedes creer en algo sin saber lo que es?

Hay gente que cree en lo paranormal y es algo que no saben exactamente qué es.

¿Puedes creer en algo de lo que dudas? ¿Puedes dudar de algo en lo que crees?

Sí, puedes creer en la justicia pero dudar de ella.

¿Puedes creer en algo sin entenderlo? ¿Puedes entender algo sin creer en ello?

El conocimiento y la creencia no están tan separados. Un participante comenta que la creencia puede ser previa al saber, y normalmente queremos afirmar nuestras creencias por lo que nos llevarían al conocimiento. 

Si afirmas que crees en los espíritus, significa eso:

a) Que existen los espíritus

b) Que tienes buenos argumentos para afirmar su existencia

c) Que no tienes argumentos pero que te gustaría que existieran

Los participantes contestaron principalmente la a y la b. Para la mayoría de participantes la Creencia=Existencia. Si creen en algo consideran que ese algo es una realidad, sin duda, que existe. Para mí sin embargo creencia no siempre es existencia, es más deseo de que algo sea, no tendría por qué ser una certeza. Los participantes que eligieron la opción «a» dejaron claro que no creen en los espíritus y esto generó algo de debate ya que el coordinador y una servidora planteamos la opción de que no es algo tan descabellado. 

Terminamos las sesiones con las últimas preguntas del bloque B, las relativas a la existencia de Dios. Casi no nos da tiempo a ahondar en eso a pesar de ser el tema principal de la sesión, o al menos, hacia donde quería llevarnos Félix a través de las otras cuestiones. 

A la pregunta de si es posible dar razones en las que se base la afirmación de que Dios existe o de que Dios no existe, hay quien comenta que sí hay razones para afirmar su existencia, que hay textos históricos etc. Hablamos de los milagros, de cómo para que sean admitidos se verifican de un sinfín de maneras. En general se admite la existencia de Jesucristo como personaje histórico pero sólo una participante que sí cree en Dios va más allá en sus razones. El coordinador nos recuerda lo que dijo Pascal respecto a la existencia de Dios.

Con ambos grupos el tema cuesta un poco porque se da por sentado el hecho científico y se rechaza de pleno la opción de «verdad» de cualquier cosa que no sea demostrable (algún participante expresa que quien cree en Dios no puede razonar; otro, que la gente culta cree más en lo científico). Es un sentir general que lo «esotérico, místico, espiritual» etc genera muchas dudas entre los participantes mientras que lo científico lo viven como algo obvio y casi incuestionable.

Félix nos pregunta; ¿Dónde está la fuente de confianza en el saber?  -En la ciencia.

Nuestra cultura ha hecho un acto de fe colectivo con la ciencia. Parece que las razones científicas son las únicas válidas. Y parece que religión y ciencia son incompatibles, al menos nuestros participantes así lo afirmaban, sin embargo no es así, numerosos científicos y personalidades del saber han confesado ser creyentes.

Para finalizar, la reflexión de una participante:

«Creemos en el amor, y eso no es algo que se pueda razonar» 

Observamos la similitud de ese «creer» en el amor con el «creer» en Dios. En Grecia, el amor fue Eros (un dios); más tarde en el cristianismo, el amor será Ágape (Dios mismo). 

Félix nos recomienda un diálogo entre el filósofo Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger. Tenéis el libro disponible en algunas bibliotecas de la red:

Entre razón y religión : dialéctica de la secularización / Jürgen Habermas, Joseph Ratzinger ; traducción Pablo Largo, Isabel Blanco. — México : Fondo de Cultura Económica, 2008

Os dejo algunos artículos por si queréis ampliar información sobre estos temas:

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