Hemos tenido la segunda sesión del grupo María Zambrano en el Taller de Pensamiento Filosófico.
El texto que nos propone Félix García (el facilitador del taller) para adentrarnos en el diálogo, es un cuento del filósofo francés Jacques Salomé. Tras la lectura nos juntamos en pequeños grupos para formular una pregunta y una persona de cada grupo la expone a los demás. Son las siguientes:
- ¿Cómo nos enfrentamos a lo desconocido?
- ¿Hay algo más allá?
- ¿Se puede vivir sin cuestionarse sobre lo que hay más allá?
- ¿Por qué creemos en algo cuya existencia no se puede demostrar?
- ¿Justificamos la inacción actual por esperar en el más allá?
Nos cuesta decidirnos por una en concreto, pero está claro que hay dos temas que suscitan interés; lo desconocido en general (el inconsciente, la vida en otros planetas, etc.) y eso que llamamos más allá que también es desconocido pero, como matiza el coordinador: «todo más allá es desconocido pero no todo lo desconocido es el más allá». Los bebés del cuento se preguntan qué habrá después del parto, uno cree que puede haber «otra vida» y el otro cree que «no hay nada» y lo justifica con una serie de argumentos que a la mayoría de los participantes les parecen algo pobres («si no lo he visto es que no existe«, etc.). Podemos comprender que es una metáfora de cuando nos preguntamos los seres humanos por lo que habrá tras la muerte, y cómo algunos creen en la posibilidad de que haya algo y otros no.
Si nos planteamos cuanta gente cree en «el más allá» o en dios/dioses, de primeras pensamos que poca, pero los datos nos demuestran lo contrario. No sólo en nuestra cultura occidental donde el cristianismo tiene todavía mucho peso, sino también en otras culturas cuyas religiones y concepciones del mundo contemplan mayoritariamente algo tras la muerte. (Expansión, datos macro 2010. Statista Global Consumer Survey, encuesta 2021.)
Algunas de las ideas que comparten los participantes y que comentamos:
-Parece que es una necesidad del ser humano la de creer que no se acaba todo. Es inherente al ser humano el cuestionamiento, preguntarnos por aquello que no conocemos. La creencia en el más allá (del tipo que sea) puede ser un constructo muy útil en el día a día, entre otras cosas porque la angustia de la muerte es real y nos atañe a todos. Pero, ¿no sería tal vez mejor aprender a hacer soportable esa angustia insoportable que inventar este tipo de creencias?
-¿Llegará algún momento en que se pueda demostrar si hay vida más allá? Existe un «más allá» más acá, también en este lado, hay una tendencia a sembrar, perdurar, dejar huella… La idea de trascendencia se tiene que manejar también desde aquí.
-Algunos participantes ven una correlación entre la imagen de «la madre» en el texto y nuestro «Dios». El hecho de que uno de los bebés diga que si no ha visto ese otro mundo es que no existe, nos lleva a debatir la idea de que sólo es real aquello que conocemos, lo que podemos percibir, constatar por los sentidos. La mayoría no está de acuerdo ya que hay muchas cosas que existen y que se han demostrado y en las que creemos, aunque no las hayamos «visto».
-El más allá no lo podemos intentar imaginar como algo «humano». Las opiniones de los participantes de dividen más o menos en dos; los que creen que no existe ese «más allá» (de ningún tipo) y quienes creen que es posible que haya «algo» aunque ese «algo» (otra dimensión, quizá) se escape a nuestro entendimiento. En el segundo caso coinciden además en que es probable que en un futuro se pueda saber más sobre esto, con los avances tecnológicos, o de otro modo, igual que cosas impensables hace siglos con el tiempo fueron descubiertas y comprendidas.
Después de la sesión, leyendo un día poesía, me encontré con estos versos de Antonio Moreno que me parecen muy profundos y adecuados para el tema que tratamos:
«No es la muerte el misterio; es la vida.
La claridad entre los dos vacíos.»
A lo largo de la sesión, Félix hace referencia en un par de ocasiones a La Odisea de Homero. En concreto a un pasaje del canto primero donde se habla de los mortales y los dioses. Esta referencia al clásico griego me hace recordar algunas cosas que leí hace tiempo sobre la reencarnación en el mundo helénico. Platón, en Fedro expone ya sus teorías sobre la reencarnación. Os dejo unos artículos que tratan sobre este tema:
- La reencarnación en la antigua Grecia
- La concepción platónica del más allá
- Transmigración de las almas
También en el catálogo de las Bibliotecas de Tres Cantos contamos con este estupendo libro:
Reencarnación : la transmigración de las almas entre oriente y occidente
A pesar de que durante la sesión no dedicamos atención a la posibilidad de que ese más allá exista, hay filósofos que han investigado y escrito sobre este tema, por ello quiero dejar aquí algunas pinceladas acerca de este asunto.
Peter Kingsley, Gary Lachman, Owen Barfield, Patrick Harpur, Alfred North Whitehead, Jean Gebser, Henryk Skolimowski, Christian de Quincey… y muchos más autores contemporáneos han escrito acerca de la conciencia, la realidad, la imaginación, la mente, la naturaleza. Sus obras son reflexiones y preguntas sobre el más allá, fuentes que proporcionan citas y que nos descubren autores que se han preguntado y han navegado por ese misterioso e interesantísimo océano que es lo desconocido. Estos pensadores mencionados y poco conocidos resultan imprescindibles, ya que su visión intenta aunar el conocimiento científico con el conocimiento espiritual y esta integración es muy enriquecedora.
Para terminar os dejo la recomendación de un libro del reciente Premio Nacional de Ensayo, Joan-Carles Mélich: «Filosofía de la finitud».