La última sesión del Taller de Pensamiento Filosófico leemos un texto con el que se plantea un dilema moral.

Azucena nos plantea la siguiente pregunta:
- ¿Estaría a favor o en contra de la ley que se ha publicado?
- ¿Hay que hacer algo o no hay que hacer nada?
- ¿Quién debería hacerlo; el gobierno, las propias compañías que gestionan las redes sociales?
Los participantes van opinando y abrimos el diálogo:
-Habría que hacer algo, pero si se deja en manos del gobierno esa labor y resulta que no es un gobierno democrático entonces… Este participante cree que podría tal vez hacerse ese control a través de un organismo supranacional democrático.
-Las personas deberían tener alguna responsabilidad también en no difundir información sin contrastar, no compartir las noticias falsas, formar un espíritu crítico para ser capaces de distinguir y analizar la información veraz de los bulos etc
También por supuesto los medios de comunicación deberían tener un compromiso ético de no hacer valer la mentira.
Hay un derecho a la información veraz, si es vulnerado debería haber consecuencias y no las hay.
-Son diferentes las «fake news» y el «sensacionalismo». Habría que distinguir entre mentira y opinión.
Las fake news son un producto industrial con una estrategia, es marketing. Los medios de comunicación se han convertido en «el cuarto poder».
La ley, el poder, debería regular esas situaciones.
La propaganda como medio de persuasión, es diferente de la mentira aunque ambos tengan el mismo fin o la misma intención.
El poder de la influencia / persuasión / manipulación
¿Cuál sería el procedimiento de actuación contra la desinformación?
- Uno puede denunciar lo que vulnere algún derecho
- La ley debería establecer mecanismos de sanción cuando se descubran bulos o mentiras.
- Si tenemos derecho a que se nos informe, deberíamos tener derecho a que no se nos mienta.
- La ley debería intervenir porque esas situaciones no dejan de ser una estafa. Una participante comenta que la ley es «interpretable». Hablamos entonces de que damos por hecho que estamos hablando de un sistema judicial con garantía de separación de poderes, en una democracia.
- Otro participante percibe una dicotomía entre el orden político y el orden civil. Pone el ejemplo de la droga y la prostitución, que están prohibidos pero es algo que se demanda y en cierto modo se permite socialmente.
- El problema hoy en día es que las instituciones sin el pueblo no son nada, pero el pueblo les permite mentir y mira para otro lado. La ciudadanía tiene que tener sed de justicia y verdad.
- Tiene que haber unas garantías, el poder judicial está fallando.
- Se comenta entre los participantes la idea de que la ciudadanía elija al Consejo General del Poder Judicial.
- Lo más importante para que no se produzcan situaciones así es la educación, pero eso es un largo trayecto, de manera urgente tendría que intervenir la justicia.
- Otra propuesta sería que a través de organizaciones no gubernamentales o asociaciones, la ciudadanía se organice para combatir la mentira y señalar la mentira.
- Tenemos una sociedad muy polarizada. Las cookies hacen que las propias redes sociales solo nos muestren información de lo que «creen» que queremos y de las opiniones que «creen» que seguimos. Esto genera un efecto de cámara de eco por el que solo te llega lo mismo que tú ves.
- Un participante sugiere la idea de que los medios de comunicación se comprometieran a utilizar un lenguaje NO calificativo, que hubiera unos criterios que garantizaran la objetividad.
- Se habla de la posibilidad de crear un comité de expertos en temas de veracidad. Una participante cita su experiencia en los comités de bioética. Están formados por expertos, y también por ciudadanos y políticos de todas las ideologías. Pregunta un participante si se crean para generar la norma o para velar por su cumplimiento, según la participante sería para velar por su cumplimiento.
- Otro participante lanza la idea de que no hay que hacer nada, que hay gente que quiere consumir mentiras.
- Ante esto le rebaten que si esas mentiras afectan a la sociedad deben combatirse.
- ¿Podría existir una figura que fuera un «defensor de la verdad» en las redes sociales?
- Razones a favor de la ley:
- Derecho a la información veraz
- Porque la verdad nos honra a los humanos y porque contribuye al bienestar común.
- Protege de las malas intenciones, fomenta la bondad y la convivencia.
- Porque la información contribuye a la democracia y a la defensa de las instituciones que conforman el Estado.
- Para garantizar el respeto a la dignidad, muchas veces estas mentiras afectan a la dignidad de personas y organismos.
- Por un tema de Seguridad Nacional, la información es un recurso que nos pertenece a todos.
Razones para no aprobar esa ley:
- Miedo a la censura y a los intereses que podrían limitar la libertad de expresión.
- Que se decidiría qué es verdad y qué es mentira pudiendo estar condicionados ideológicamente.
- La estadística ya está manipulada, cuando decides a quién preguntar ya estás eligiendo…
Este es un tema de gran actualidad y que define la manera en que nos llega mucha de la información que recibimos-consumimos a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Cada día es más evidente su poder para manipular e incluso mentir y los ciudadanos nos preguntamos qué se puede hacer. En esta sesión hemos dialogado sobre algunas posibilidades y ha habido bastante consenso pero evidentemente es difícil que nuestras aportaciones e ideas se pudieran llevar a cabo sin una intención de cambio y verdad que parece que no hay en quienes ostentan esos poderes. Por eso la sociedad es quien debiera estar atenta y contrastar siempre la información para -en la medida de lo posible- no caer en esas falsedades que nos rodean.
En este artículo de 2018 hay alguna bibliografía sobre el tema.
Nos despedimos ya que es la última sesión del taller de este curso. Ha sido un placer compartir diálogo en un grupo tan participativo y respetuoso. ¡Hasta pronto!