Ayer tuvo lugar en la Biblioteca Municipal Lope de Vega la charla «Unamuno o la rebeldía intelectual» en la cual Nacho Valdés, el coordinador del Taller de Pensamiento Filosófico, nos acercó la figura de Miguel de Unamuno y su pensamiento de corte existencialista.
Partiendo de la lectura del discurso que Unamuno pronunció en la inauguración del Curso Académico de 1936-1937 de la Universidad de Salamanca, fue desgranando los diferentes momentos de su biografía en los cuales el pensador dio muestras de su rebeldía y actitud vitalista. Porque ante todo nos descubre un Unamuno preocupado por la muerte y que a raíz de un suceso concreto, una noche de marzo de 1897, tomará conciencia real de la finitud de la existencia humana y a partir de ese momento buscará una vía para sobrellevar ese trágico destino del ser humano. Nos da una visión antropológica del ser humano que se construye como conciencia individual, le interesa el hombre subjetivo. La dualidad razón-sentimiento marcará su pensamiento y no encontrará en la religión consuelo ya que la razón no le permite aceptar una certeza de vida más allá. Será el lenguaje la herramienta creativa que le ayudará a esquivar a la muerte. Construye una salida a partir de la poesía y del lenguaje lírico. La duda existencial no puede desaparecer pero la palabra creadora le permitirá construir un horizonte hacia el que caminar.
Nunca se le pudo clasificar ni encasillar porque era contradictorio, utilizó diferentes géneros para expresar su pensamiento, fue considerado demasiado lírico por los filósofos y demasiado filosófico por los filólogos, pero ante todo siempre fue un hombre libre y nos dejó una vasta obra, un legado con el que al fin y al cabo consiguió lo que tanto ansiaba, la inmortalidad.
Si estáis interesados en leer a este gran escritor y pensador podéis encontrar muchas de sus obras en la Biblioteca Lope de Vega, entre otras os recomendamos: «Diario íntimo», «Niebla», «Del sentimiento trágico de la vida», «La tía Tula», «Amor y pedagogía», «Unamuno y el socialismo : artículos recuperados (1886-1928)», «San Manuel Bueno, mártir», «De la desesperación religiosa moderna», «Antología poética».
Un buen ejemplo de cómo se conjugan en nuestro autor el pensamiento y lo lírico es su último poema, lo escribió tres días antes de su muerte que le llegaría el 31 de Diciembre de 1936:
“Morir soñando”
Au fait, se disait-il a lui-même, il parait que
mon destin est de mourir en rêvant.
(Stendhal, Le Rouge et le Noir, LXX,
«La tranquillité»)
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?
Miguel de Unamuno
(28 de diciembre de 1936)
A mi también me resultó muy agradable y enriquecedora, desconocía el polémico discurso en Salamanca y gracias al enlace que se incluye en el texto he podido leerlo íntegramente, así como el contexto en el que fue pronunciado. Creo que la historia no debe caer en el olvido o ser manipulada, como está sucediendo con gran cantidad de acontecimientos.
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Me gustó mucho la ponencia y disfruté descubriendo a este Miguel de Unamuno rebelde y vitalista.
Laura.
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